jueves, 5 de abril de 2012


La poesía en la ley de leyes.

Supongo que para la mayoría de vosotros las leyes son textos sosos, aburridos y muchas veces incomprensibles que los legisladores redactan con la terminología necesaria para que sólo unos privilegiados puedan comprenderlos.

Hoy me he propuesto demostraros que no es así y para ello, os transcribiré parte del Título VII de La Constitución Española de 1978 que lleva el poético nombre de: “Economía y Hacienda”.

Dice así:
1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general.
2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante Ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.
1. La Ley establecerá las formas de participación de los interesados en la Seguridad Social y en la actividad de los organismos públicos cuya función afecte directamente a la calidad de la vida o al bienestar general.
2. Los poderes públicos promoverán eficazmente las diversas formas de participación en la empresa y fomentarán, mediante una legislación adecuada, las sociedades cooperativas. También establecerán los medios que faciliten el acceso de los trabajadores a la propiedad de los medios de producción.
1. Los poderes públicos atenderán a la modernización y desarrollo de todos los sectores económicos y, en particular, de la agricultura, de la ganadería, de la pesca y de la artesanía, a fin de equiparar el nivel de vida de todos los españoles.
2. Con el mismo fin, se dispensará un tratamiento especial a las zonas de montaña.
1. El Estado, mediante Ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución.
2. El Gobierno elaborará los proyectos de planificación, de acuerdo con las previsiones que le sean suministradas por las Comunidades Autónomas y el asesoramiento y colaboración de los sindicatos y otras organizaciones profesionales, empresariales y económicas. A tal fin se constituirá un Consejo, cuya composición y funciones se desarrollarán por Ley.

Espero con estos cuatro artículos, haber suscitado en vosotros inquietud suficiente para llevaros a las bibliotecas a dar un repaso a este libro de libros que tantas maravillas encierra.

Sobre todo, os lo recomiendo a todos aquellos que pensáis, en la línea oficial, que esta crisis la tenemos que pagar entre todos porque no queda más remedio y parece que habéis olvidado los principios que inspiraron nuestra diletante “democracia”.

No hay comentarios :

Publicar un comentario